Un espacio para la reflexiòn, la palabra y el intercambio de ideas. A veces es necesario perder la sutileza, y dejar que las malas lenguas expresen el sentir mas profundo.
Los hechos ocurridos el pasado 28 de julio, llaman poderosamente la atención, precisamente porque se trata de un acontecimiento lamentable, triste y peligroso, pero sobre todas las cosas pone de manifiesto el verdadero rostro oculto del Kirchnerismo provinciano. En la provincia de Jujuy, gobernada por Walter Barrionuevo un aliado del kirncherismo, extiende su dominio una poderosa empresa conocida como Ledesma, líder en la producción azucarera y en la nueva forma de obtener biocombustible, a través de la caña de azúcar. El ingenio azucarero es un aliado clave del gobernador, y de cualquiera que pretenda serlo sin modificar en profundidad la estructura de poder en la provincia. Es ingenuo creer que en Jujuy gobierna la voluntad popular, por el contrario el imperio Ledesma, con un ejercito propio y miles y miles de hectáreas en su poder, dirime los asuntos de la provincia. Tal vez resulta cómodo para el gobernador ser cómplice de esta serie de atropellos al pueblo Jujeño, al fin y al cabo, financia elecciones, garantiza estabilidad y aumenta considerablemente las arcas propias. Al parecer, el aliado agregó una mancha más al tigre, desenmascarando el supuesto progresismo del gobierno, aliado de intereses espurios y genócidas, éste el gobierno de los derechos humanos. Walter Barrionuevo, Eduardo Fellner y el Ministro de Gobierno, Pablo La Villa, se mostraron sorprendidos por al situación, denunciando una operación política que pretende ensuciar al gobierno nacional en vísperas de las elecciones de Octubre. Las primeras medidas respondieron en este sentido, Pablo La Villa pidió su renuncia, y el jefe del operativo policial fue apartado. Sin embargo, los responsables de este reprochable suceso, seguirán en libertad. ¿Quien se atreve a meter en la cárcel al presidente de Ledesma, el encargado de la seguridad privada de la empresa, al gobernador de la Provincia, y a todos y cada uno de los responsables políticos que diseñaron y ejecutaron este desalojo brutal? Es más fácil buscar chivos expiatorios que resolver el fondo de la cuestión, porque no están en juego las relaciones de poder en la provincia, simplemente se toma el hecho como un acto desafortunado de las fuerzas de seguridad. El foco esta puesto en la policía, institución que conocemos muy bien, encargada de atender los intereses de los poderosos, sin ningún reparo por la vida humana. El juez que dió la orden, otro de los culpables, y todos los jueces que dan ordenes y ordenes de desalojo todos los días, un juez no decide las políticas de Estado, no gobierna un juez, la última orden se toma desde la cúpula de poder. No hay que engañarse, en la provincia de Jujuy gobierna el imperio azucarero Ledesma, quien se apropia de las tierras, negando su acceso a la mayoría del pueblo trabajador y campesino de Jujuy. El costo de oponerse a esta tiranía del dinero, esta a la vista, tres victimas fatales, por lo menos treinta heridos y el mensaje macabro que se esconde detrás: “la protesta social tiene un limite, y ese limite es el poder real de la provincia: Ledesma S.A”. Lamentablemente, bajo el mando de un gobierno que negocia con estos grupos de poder, no solo Ledesma, sino también la Barrick Gold y tantas otras empresas que saquean, contaminan y destruyen nuestros bienes naturales; será difícil lograr la justicia social tan anhelada. El nivel de cinismo de nuestra clase política supera cualquier apreciación seria, Eduardo Duhalde, el responsable político de la masacre de Puente Pueyerredon en el año 2002, afirmó: “Es una demostración más de lo que representan los derechos humanos para este gobierno”. Él, justo él, quien ha brindado infinitas muestras de mafiocismo, vocifera estas palabras. Una muestra más de la tragedia política a la que nos tienen acostumbrados. Nos queda, alertarnos, no bajar la guardia y denunciar todos los atropellos que las corporaciones realizan sobre el pueblo argentino, inclusive y más aún los que incomodan al gobierno de turno.
Los hechos ocurridos el pasado 28 de julio, llaman poderosamente la atención, precisamente porque se trata de un acontecimiento lamentable, triste y peligroso, pero sobre todas las cosas pone de manifiesto el verdadero rostro oculto del Kirchnerismo provinciano.
ResponderEliminarEn la provincia de Jujuy, gobernada por Walter Barrionuevo un aliado del kirncherismo, extiende su dominio una poderosa empresa conocida como Ledesma, líder en la producción azucarera y en la nueva forma de obtener biocombustible, a través de la caña de azúcar.
El ingenio azucarero es un aliado clave del gobernador, y de cualquiera que pretenda serlo sin modificar en profundidad la estructura de poder en la provincia. Es ingenuo creer que en Jujuy gobierna la voluntad popular, por el contrario el imperio Ledesma, con un ejercito propio y miles y miles de hectáreas en su poder, dirime los asuntos de la provincia. Tal vez resulta cómodo para el gobernador ser cómplice de esta serie de atropellos al pueblo Jujeño, al fin y al cabo, financia elecciones, garantiza estabilidad y aumenta considerablemente las arcas propias.
Al parecer, el aliado agregó una mancha más al tigre, desenmascarando el supuesto progresismo del gobierno, aliado de intereses espurios y genócidas, éste el gobierno de los derechos humanos.
Walter Barrionuevo, Eduardo Fellner y el Ministro de Gobierno, Pablo La Villa, se mostraron sorprendidos por al situación, denunciando una operación política que pretende ensuciar al gobierno nacional en vísperas de las elecciones de Octubre. Las primeras medidas respondieron en este sentido, Pablo La Villa pidió su renuncia, y el jefe del operativo policial fue apartado.
Sin embargo, los responsables de este reprochable suceso, seguirán en libertad. ¿Quien se atreve a meter en la cárcel al presidente de Ledesma, el encargado de la seguridad privada de la empresa, al gobernador de la Provincia, y a todos y cada uno de los responsables políticos que diseñaron y ejecutaron este desalojo brutal?
Es más fácil buscar chivos expiatorios que resolver el fondo de la cuestión, porque no están en juego las relaciones de poder en la provincia, simplemente se toma el hecho como un acto desafortunado de las fuerzas de seguridad.
El foco esta puesto en la policía, institución que conocemos muy bien, encargada de atender los intereses de los poderosos, sin ningún reparo por la vida humana. El juez que dió la orden, otro de los culpables, y todos los jueces que dan ordenes y ordenes de desalojo todos los días, un juez no decide las políticas de Estado, no gobierna un juez, la última orden se toma desde la cúpula de poder.
No hay que engañarse, en la provincia de Jujuy gobierna el imperio azucarero Ledesma, quien se apropia de las tierras, negando su acceso a la mayoría del pueblo trabajador y campesino de Jujuy. El costo de oponerse a esta tiranía del dinero, esta a la vista, tres victimas fatales, por lo menos treinta heridos y el mensaje macabro que se esconde detrás: “la protesta social tiene un limite, y ese limite es el poder real de la provincia: Ledesma S.A”.
Lamentablemente, bajo el mando de un gobierno que negocia con estos grupos de poder, no solo Ledesma, sino también la Barrick Gold y tantas otras empresas que saquean, contaminan y destruyen nuestros bienes naturales; será difícil lograr la justicia social tan anhelada.
El nivel de cinismo de nuestra clase política supera cualquier apreciación seria, Eduardo Duhalde, el responsable político de la masacre de Puente Pueyerredon en el año 2002, afirmó: “Es una demostración más de lo que representan los derechos humanos para este gobierno”. Él, justo él, quien ha brindado infinitas muestras de mafiocismo, vocifera estas palabras. Una muestra más de la tragedia política a la que nos tienen acostumbrados.
Nos queda, alertarnos, no bajar la guardia y denunciar todos los atropellos que las corporaciones realizan sobre el pueblo argentino, inclusive y más aún los que incomodan al gobierno de turno.